26 de enero de 2020

El problema del cine español

El cine español es un mundillo muy cerrado que nada tiene que ver con la realidad que todos conocemos. Dicen ellos, los cineastas, que una película sobre Blas de Lezo costaría la friolera de seis millones de euros, como mínimo, y que sería imposible financiarla sin subvenciones públicas. También dicen que en España el cine histórico no interesa, como demuestran los estrepitosos fracasos de películas como Oro, 1898 Los últimos de Filipinas, Sangre de mayo y El dorado.

Artículo de El Español: Por qué la película de Vox sobre Blas de Lezo sería un fracaso en la taquilla

El problema no es el cine histórico ni el desinterés del público, no, el problema son ellos. Siempre muestran en sus películas a unos españoles brutos, estúpicos y despreciables. Nos cuentan que ser español es una vergüenza. Algún día aprenderán que insultar al cliente es malo para el negocio.

En el fondo el público les da igual. Cada una de sus películas es una excusa para pedir al político de turno una jugosa subvención. ¿Para qué esforzarse si les regalan el dinero? Vox tenía toda la razón cuando criticó las subvenciones al cine. Puro chiringuitismo.

Cuando saltó la polémica de los Goya del año pasado varios medios de comunicación se apresuraron a llevarle la contraria a Vox con titulares como Por qué la película de Vox sobre Blas de Lezo sería un fracaso en la taquilla y La película sobre Blas de Lezo que pidió Vox lleva ya un año en producción. Cualquier excusa es buena para disimular la ineptitud de guionistas, directores y productores.

La supuesta película que lleva un año en producción no es más que una serie de cuatro capítulos para emitir en Televisión Española, que ni siquiera tiene asignado un presupuesto. Ha pasado un año y la serie sigue sin hacer. Además es inverosímil que Televisión Española emita la serie mientras esté administrada por PSOE y Podemos. No lo harían por nada del mundo.

Artículo de ESdiario: La película sobre Blas de Lezo que pidió Vox lleva ya un año en producción

La verdad es que si se quiere, se puede. A mí me ha bastado un año para hacer una película sobre Blas de Lezo sin inversión privada ni subvenciones públicas. No me ha hecho ninguna falta incluir propaganda ideológica, ni humillar al protagonista, ni insultar al público. Tampoco han sido necesarios actores famosos ni un director de renombre. Era tan sencillo como leer la biografía del personaje y buscar la manera de contarla con imágenes y sonidos. ¿Por qué no lo hacen los profesionales del cine? Ya nos lo dijo Borja Cobeaga: porque no les da la puta gana. Menuda respuesta. Luego se quejan de que la gente no va al cine.



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